Durante los meses de confinamiento por la pandemia realicé una miniatura a escala 1:10 de la habitación de alquiler en la que estaba viviendo. Este acto absurdo de reproducir al detalle el
espacio que me contenía fue la fórmula que encontré para mantener la cordura. Antonio Pau en su Manual de Escapología (2019) —donde proporciona treinta formas de evadirse del mundo— distingue tres clases de huida: de un peligro presente, de un peligro futuro y de un entorno hostil, y considera esta última el resultado de una reflexión que tiene la capacidad de proporcionar felicidad al individuo. De esta forma, día tras día se fue configurando un artefacto que representaba el marco de mi aislamiento, donde el contenedor se volvía contenido: un mundo dentro del mundo capaz de interrumpir momentánea-mente el flujo de ilusión de realidad.
Fotografías de Dennise Vaccarello.
