La historiografía de los últimos treinta años ha centrado gran parte de su atención en la cuestión de la circulación, reclamándose de una historia “global”, “conectada”, “transnacional” o “imperial”—cada una de estas etiquetas define el tema a su manera, a veces en competencia con las demás—. Esta obsesión contemporánea por “lo que circula”, común a todas ellas, fue una reacción a la historiografía de los años 1950-1980, considerada demasiado “fijista”. Esta última retrataba sociedades “cerradas”, en las que sus miembros, anclados en sus comunidades, aún no eran actores en su mayoría, y se veían confinados al horizonte inmediato de su ciudad, barrio o pueblo, y prisioneros de las propias identidades y culturas locales que se consideraba que los caracterizaban.
En los años noventa, estas imágenes anticuadas dieron paso a unos eslóganes opuestos, en sintonía con el desarrollo de una historia cultural más capaz de abordar algunos de estos movimientos. Este giro historiográfico, cuyas implicaciones afectan también a la historia del arte y a la antropología, tiene su anclaje cronológico preferente, ciertamente discutido: el mundo se des-compartimentó en los siglos XIV y XV y, más aún en el siglo XVI, momento de expansión de los imperios y crisol de una “primera globalización” que favoreció, a gran escala, numerosos “mestizajes”, culturales o no. Personas, bienes, obras de arte, objetos, animales, plantas y culturas, recursos de todo tipo, así como ideas, modelos políticos y culturales, corrientes espirituales y prácticas devocionales, referencias intelectuales, modos de vestir y gustos culinarios, todo ello se movió y mezcló, mucho más que antes, en el movimiento de expansión “colonial”. A lo largo de sus tres siglos de existencia, y en particular durante el periodo de Unión de las dos Coronas (1580-1640), la circulación contó también con una geografía de predilección, la “monarquía hispánica”. A lo largo de sus veinte años de existencia, la Red columnaria ha contribuido en gran medida a reavivar parte de esta historiografía, intentando repensar el modelo político de una monarquía que se extiende por varios continentes.
El objetivo de este coloquio aniversario de la Red columnaria es poner en perspectiva este legado y darle la vuelta. No se trata de volver sobre estos logros innegables. Nos proponemos reflexionar sobre los matices de escala, así como sobre los frenos, resistencias, obstáculos, bloqueos, reticencias u oposiciones a la circulación, cuya existencia no se pone en duda, pero que no siempre se beneficia a priori, a ojos de los hombres y mujeres de la época moderna, del prejuicio favorable que la historiografía contemporánea tiene hacia ella, como tampoco podía desplegarse, en los siglos XVI y XVII, con la facilidad y fluidez que a menudo se le atribuyen. Examinaremos todas las formas en que esta fluidez puede verse obstaculizada.
Red Columnaria reúne a un grupo de investigadores en torno al análisis de las formas de organización y percepción de las fronteras de las Monarquías Ibéricas.