En esta charla propongo una interpretación de un problema clásico para la filosofía, el problema del mal, como una cuestión eminentemente política. Si bien el fenómeno del mal forma parte del discurso filosófico desde la Antigüedad, quizá especialmente desde el helenismo, resulta sumamente característico de nuestra Modernidad su posicionamiento en el centro de la plaza pública. Mientras que para el heleno el mal es en primer lugar un mal individual (la enfermedad, por ejemplo), para el moderno el mal es en primer lugar una incapacidad para realizar los asuntos comunes (el terremoto de Lisboa). Para superar esta incapacidad paralizadora, la Modernidad, bajo la boca de Leibniz, instituyó la Teodicea: la justificación del mal a través de la existencia de Dios. Tras la presentación de este marco discursivo, trataré de esbozar la situación específica en una forma de mal peculiar (la guerra) que la filosofía ha concebido como un mal necesario. Esta es la posición de G. W. F. Hegel, representante por excelencia de la racionalidad occidental. Concluiré mostrando la crítica del extranjero que se niega a aceptar la necesidad de la guerra, que ya no entiende el Logos de la Teodicea y que concibe que todo mal rasga la humanidad en su intimidad más profunda: la extravagante heterodoxia de Emmanuel Levinas.
Conferencia de Nicolás de Navascués, residente, Doctorando en Filosofía, Universidad de Navarra